jueves, 10 de diciembre de 2009

Demandan Cura Dominicano por Manutención



Extraído del Periódico El CORIBE.
Una mujer de origen cubano que asegura haber tenido un hijo con un sacerdote dominicano, tras una relación de ocho años, lo acusó de negarse a mantener al niño, que ya tiene cinco años de edad, y de no reconocerlo legalmente como tal.
La historia comenzó en Guantánamo, Cuba. Yelaine Valles Desten trabajaba como secretaria y catequista de una iglesia en su país natal.
En estas circunstancias conoció al cura Arturo Sánchez, con 25 años ejerciendo su misión evangelizadora, últimamente en la iglesia La Altagracia, de Santiago.
Yelaine revela que el sacerdote la enamoró y ella correspondió. El cura no niega nada de lo que hizo. Dice que se arrepiente. Fue entrevistado por la periodista Nuria Piera. Buscó mil maneras de excusarse.
Al final, expulsó la culpa que lleva dentro por haber seducido a una muchacha de 18 años y mantener relaciones sexuales con ella hasta cumplir 26.
“¿Usted no tiene carne humana?, preguntó el sacerdote cuando se le cuestionó por haber violado su voto de castidad, embarazando a la joven Valles Desten. Entonces se desahogó y dijo todo lo que quiso decir.
“Yo lo reconozco, y pido mil veces perdón al Señor; perdón a la gente. Yo no hallo dónde esconder la cara. Fue un error humano; errores que uno comete”, expresó el religioso.
La cubana revela que tuvo relaciones sexuales con el cura en la propia capilla, y que a veces se inventaba algún viaje al campo, al río o a la playa, “para que no nos vieran”.
Cuenta que estando en Cuba trató, en reiteradas ocasiones, de que el sacerdote mantuviera al hijo que juntos procrearon, sin tener éxito.
La cubana decide, pues, venir al país para presionar legalmente al cura y decide someterlo ante los tribunales de Santiago, donde exige la suma de 20 mil pesos mensuales para los gastos del niño.
Pero el sacerdote solo ofrece RD$3,500, alegando que “yo soy un sacerdote religioso que hizo un voto de pobreza” y que, además, proviene de una familia muy humilde.
Nuria quiso conocer la versión de Yelaine. Y la contactó. “Cuando él supo que yo estaba embarazada, me preguntó qué pensaba hacer con esa barriga. Le respondí que obviamente iba a tenerlo”, recuerda la extranjera.
Tras alumbrar, siguieron relaciones
Yelaine explica que después de que dio a luz en Cuba, viajó a la República Dominicana y continuó las relaciones con el padre biológico de su hijo. Indica que rompió esta relación cuando conoció a otro hombre, hace apenas un año.
Se le preguntó si tenía conocimiento de alguna otra relación del cura con otras mujeres.
La cubana respondió diciendo que no podía afirmarlo, y que el superior del cura le dijo en una ocasión que Sánchez solo estaba siendo investigado por el niño que engendraron en sus relaciones clandestinas.
¿Por qué mantener relaciones con un hombre que negaba a tu hijo?, se le inquirió durante una entrevista.
“Cómo decirlo. A veces la inexperiencia, y no me estoy defendiendo. Tú sabes, a veces el corazón siente un poquito y uno como que no cae en cuenta”, justifica Yelaine.
Hace cuatro años que no veía al niño
La joven mujer asegura que después de dar a luz, el sacerdote solamente vio a su hijo cuando tenía un año de edad y que volvió a verlo cuando cumplió cinco.
“Él fue a Cuba y más nunca volvió a ver al niño, hasta ahora que yo misma lo traje”, expresa la extranjera, en alusión a la actitud apática que ha mostrado el sacerdote frente a la paternidad de su hijo.
Aparte de que no asumió la responsabilidad de mantener al niño, el cura se ha negado a darle su apellido. Esto así, “porque no le convenía”, explica la cubana.
La próxima audiencia para discutir la manutención del pequeño es el próximo día 21 de este mes.
Dentro de este mismo proceso, anteriormente, se conocieron dos conciliaciones, con el fin de fijar el monto de la manutención. Ninguno de estos encuentros arrojó resultados satisfactorios, porque el padre insiste en darle solo tres mil quinientos pesos y ella exige veinte mil.
“No estábamos preparados”
El cura Sánchez, oriundo del barrio Pekín, de Santiago, adelantó que la jerarquía católica reflexiona sobre su futuro como sacerdote.
“¿Qué me espera?, pues trabajar para ver cómo puedo salir de esa grave responsabilidad, que yo estoy consciente de ello. Y, le repito, Dios lo sabe, ella lo sabe, que no miento. Yo nunca me he negado a reconocer mi error y reconocer a ese niño que está ahí”.
Pero a los niños también se les da cariño. ¿Usted le paga comida? ¿La leche? ¿El colegio?-, se preguntó al cura. “Es que no estábamos preparados. Ella tampoco”, se defendió. Aunque no niega su descuido, afirma que ocasionalmente ayuda con lo que puede a la madre del niño

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